Adicciones, políticas públicas y familias

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Encabezada por el Lic. Claudio Grecco, crítico de la actual ley de Salud Mental, se realizó un encuentro que contó con los concejales Quiñoa y Petrillo, quienes también se refirieron al problema en post pandemia y a la falta de inversión en políticas estatales para poder contener y ayudar.

En una actividad organizada por Juntos San Martín, realizada este miércoles 22 en San Martín, el Lic. Claudio Grecco disertó en el seminario sobre “Adicciones, políticas públicas y familias: mitos y verdades”. En el panel expositor, estuvo acompañado por los concejales Andrés Petrillo y Natalia Quiñoa, con la moderación de Patricia Malaspina y Vanesa Mompelier. En el encuentro, realizado en el Salón Don Quijote, también estuvo presente el concejal de CC-Ari, Santiago Echevarrieta, y el ex concejal Alberto Aguilera.

Malaspina abrió la actividad, moderó las intervenciones de cada uno de los expositores y, tras presentar a los disertantes, abrió el encuentro preguntando por el impacto de la pandemia en las adicciones y otras problemáticas.

Como titular de la ONG “Desafiar”, Quiñoa resaltó que “la pandemia nos impactó a todos y nos obligó a trabajar de manera distinta, fue un confinamiento muy largo y tuvimos que salir a trabajar al territorio en cuestiones alimentarias y acompañar a las familias”. “Tuvimos familias que se acercaron consultando por cuestiones de salud mental, fue como una segunda pandemia, porque hubo una cantidad enorme de consultas en hospitales y clínicas por niños y jóvenes por salud mental y consumos de drogas y alcohol (…) debido al encierro y la ansiedad”. Y agregó que “hubo una clara falta de atención médica y si hoy tenemos que buscar un lugar de internación para un joven se nos hace casi imposible, es una odisea. Y en la pandemia esto se potenció, las familias se encontraban sin red”.


No existía la contención que da el colegio o un club, hubo un vacío total del Estado frente a esos temas de salud o educación y las adicciones fueron una de las mayores problemáticas que dejó la pandemia”, concluyó. 

Por su parte, Petrillo aseguró que “el principal problema que estamos viviendo en la sociedad en San Martín es la desaparición del Estado, que al perder presencia dejó el espacio para aquellos que lucran con la salud de nuestros vecinos”.

Hoy San Martin es un lugar donde la droga ingresa por los coladores de nuestras fronteras, por políticas que este Gobierno nacional abandonó. En San Martín la droga se corta y distribuye”, aseguró.


El Estado local no debe dejar de invertir en políticas para poder contener y ayudar a la persona en situación de consumo problemático que también afecta a su familia”, agregó.

Hay un Estado que ejerce una política de complicidad por omisión, por no destinar los fondos suficientes a políticas de seguridad activas que puedan cortar esta situación de tráfico y narcomenudeo”, subrayó y opinó: “Creíamos que Rosario quedaba a trescientos kilómetros de Buenos Aires, pero nunca estuvo más cerca que hoy. Tuvimos en los últimos tiempos episodios de sicariato y eso tiene que ver con situaciones de ajuste de cuentas”.

Sin un enfrentamiento a esta situación dentro de poco estaremos lamentando un municipio tomado por el narcotráfico y la droga. Estamos ante el agotamiento de una gestión municipal que no tiene nada más para dar en seguridad.  Esto se va a poder cambiar y para eso tenemos una cita de honor el año que viene”, concluyó.

Luego fue Mompelier quien mencionó el cambio de paradigma para abordar las adicciones desde un enfoque vinculado a la salud pública y resaltó el aumento del consumo de marihuana en la Argentina.

Finalmente tomó la palabra el invitado, Grecco y comenzó por señalar lo terrible y perjudicial del “abandono en presencia” y la “sobreprotección”, antes de criticar la aplicación de la “nueva ley de Salud Mental”, que tiene 12 años, y la falta de políticas públicas por parte del Estado.

En función de los derechos humanos, esta ley fue imposible de implementar desde su nacimiento en 2010. Se votó a libro cerrado, sin consultar a los especialistas que venimos trabajando hace 24 años”, continuó.


Se buscó evitar la manicomialización y en eso estamos de acuerdo, pero esa ley no tiene nada que ver con las adicciones”, dijo antes de resaltar los altos consumos de alcohol y marihuana en la Argentina.

También criticó que la ley requiera la existencia de un “riesgo inminente para la internación de personas”, lo cual dificultaba la adopción de esas medidas por parte de los jueces, con una mirada “setentista”. 

Y criticó el requisito de “voluntariedad” de la persona para su internación, puesto que la persona enferma no puede ejercer su voluntad o no la tiene, antes de llamar la atención por la falta de comunidades terapéuticas para abordar esas problemáticas.