Pinturerías San Andrés sigue creciendo en el barrio

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Con una gran apuesta, al empresa sigue creciendo

Seguramente, a muchos vecinos de San Andrés les habrá llamado la atención la enorme persiana con las caras de Olmedo, Favaloro, Biondi y Balá que cierra el impactante nuevo local de Pinturerías San Andrés, de Jorge y Daniel Fernández.

En Ayacucho al 3300, entre Int Casares e Int. Alvear, la casa central de la cadena de Pinturerías San Andrés, que nació en 1978, inauguró este mes su nuevo local de 714 metros cuadrados cubiertos, más un espacio libre al fondo -según detalló el arquitecto Sebastián Otonello-, para mejorar la organización interna, manteniendo siempre la calidad y cordialidad hacia el cliente. Y sin duda, lo logran ampliamente.  

Además, ahora digitalizaron todo el sistema interno y tienen un depósito más grande con mucha mercadería en stock, para que los clientes puedan elegir mejor los tonos de pinturas, texturas y demás y llevarse lo que deseen en el momento. Asimismo, como el nuevo espacio cuenta con estacionamiento, ahora la accesibilidad para cargar la mercadería en los vehículos es más fácil. También, el local tiene un espacio lateral destinado al ingreso de camiones para cargar y descargar, sin interferir el normal paso vehicular de la calle.

Este nuevo proyecto de ampliación y apuesta al crecimiento también generó nuevos puestos de trabajo. Ahora el equipo está conformado por 15 personas, la mayoría vecinos de San Martín.

El nuevo local ya está en pleno funcionamiento, desde comienzos de octubre y van por más. Planean reacondicionar el antiguo negocio, contiguo al nuevo, para contar con más estacionamiento, taller de preparado de colores y oficinas de atención personalizada para clientes específicos.

“Acá se trabaja con buena onda, el clima es distendido”; aseguró Jorge quien contó que “con la nueva obra, además de beneficiar a los clientes, los más beneficiados son los empleados que ya no tienen que carretear la mercadería, pues el trabajo está más mecanizado, aliviando el trabajo manual, favoreciendo a los que realmente trabajan todos los días haciendo fuerza”.

Su hermano Daniel destacó el beneficio y comodidad para los clientes, quienes pueden llevarse lo que necesitan en el momento.

Por otro lado, también ampliaron el laboratorio de preparación de colores con nuevas maquinarias. Tienen cuatro máquinas de distintas marcas para preparar colores y una que hace los colores de todas.

Consultados sobre los resultados o beneficios de semejante apuesta para la empresa, dicen -y esperan- que en algún momento se vean reflejados en una mejora económica. “Pensamos que en algún momento sumará económicamente”, sostienen con un dejo de duda. 

“Este es un país raro, nunca se sabe cuándo es el momento, pero tampoco era el momento para no hacer esta obra”, dijeron felices por el logro cumplido y la puerta siempre abierta para recibir a la comunidad, aconsejarla y ofrecerles la mejor mercadería y servicio.