¿Adónde está mi mayoría?

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El Dr. Néstor Figarola, reconocido dirigente local, sobre las elecciones del domingo y la mayoría del electorado.


El próximo 19 de noviembre elegiremos presidente entre dos candidatos, es decir que de manera clara uno de ellos se alzará con la mayoría.  ¿Pero es mayoría?

Entiendo que la mejor expresión del mapa político lo dio la primera vuelta, en donde quedó expresado un electorado divido casi en 3 partes, haciendo que el más votado no llegara al 40% y dejando a la expresión opositora arriba del 60%.

Ahora bien, dada la arquitectura del balotaje, al no considerarse el voto en blanco en la base, entre ambas partes van a sumar el 100% (considerando que los nulos serán ínfimos) con lo cual el ganador se va a arrogar una representación superior al 50%.

¿Qué representa eso?

Podemos afirmar que es una MAYORÍA URGENTE. El votante del balotaje ha dejado de lado su convicción política y vota por oposición, por bronca, por desgano, por resignación.  Quiere respuestas ya, no hay un convencimiento partidario o ideológico, eso ya pasó, eso lo dejó en el Congreso Nacional, en los concejos deliberantes, en las intendencias y en las gobernaciones ya resueltas….

De alguna manera ya eligió sus representantes cotidianos (gobernadores, intendentes, diputados, senadores, concejales, etc.) y lo que falta resolver es quien será el bombero! 

Que el ganador del balotaje se presente diciendo que representa más de la mitad del electorado es una falacia, su legitimidad no está en duda, pero basta con mirar la composición del Congreso Nacional para tener un reflejo del pensamiento político del electorado.

¿Servirá esto para algo?  

Cuando reformamos la Constitución en 1994, se introdujo la figura del jefe de Gabinete al estilo de los primeros ministros buscando darle a la discusión política más protagonismo, poniendo en este ministro la gestión del Estado y en la figura del Presidente las ideas macro.  Evidentemente las ansias de protagonismo y de control por parte de quien ejerce la primera magistratura desdibujaron eso y, el Jefe de Gabinete terminó siendo un ministro coordinador del resto.

No es menor que eso haya pasado, ya que para bien o para mal, el peso de la acción del Estado queda en el Presidente de la República y si piensa que es mayoría (Massa 36% - Milei 30%) pretenderá que todos actúen como súbditos o auditados por su control, cuando la oposición (64% o 70%) quedó claramente expresada en las urnas.

No es casual que exploten situaciones de corrupción generalizada (Rigau) o de espías ilegales (Tailhade) desde lugares manejados por quienes ejercen el poder. La confusión de Estado con Gobierno es total y la entrega de los controles republicanos a gente “amiga” o pasible de ser amigable, debilita los derechos colectivos.

Es importante el desafío para quienes manifestaron el 64 o 70 % del voto en primera vuelta, ya que su independencia de criterio o su genuflexión hacia el poder serán determinantes respecto del destino de la República.  Entender que la construcción política también depende del rol de la oposición no es un tema menor.

Somos proclives a “ir en ayuda del ganador”, olvidando las convicciones o definiciones que fueron nuestra motivación en las candidaturas que acompañamos.

A 40 años del retorno de la democracia, es positivo no pensar en alternativas disruptivas, ahora nos queda contestar la pregunta del principio:  “Adonde está mi mayoría?”

Néstor Figarola