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Plantec, una PyME de Ballester en continuo y cuidadoso crecimiento





Plantec es una fábrica argentina, que nació hace 70 años en Villa Ballester y, en la ciudad que la vio desarrollarse, sigue apostando al crecimiento. Creada por Jorge Becker, el primer fabricante de plantillas para dibujo del país, la empresa se dedica a tres familias de productos: artística, técnica y papeles. De la mano de Ernesto Guillermo y Jorge Eduardo, los dos hijos del fundador y tres de sus nietos -Christian, Walter y Jonatan- Plantec sigue creciendo en su 70 aniversario.
En la "Semana de las Artes Argentina", este medio visitó la fábrica de José León Suárez, que ostenta las Normas de Gestión de Calidad ISO 9001:2015 y donde trabajan cerca de 40 personas, algunos de los cuales son empleados con más de 35 años. Y, en tiempo de cambios y crisis, lejos de bajar los brazos, los Becker apuestan por seguir creciendo. Ahora están prontos a inaugurar casi 200 metros nuevos de oficina, un crecimiento exponencial e impensado en este momento del país. Además, están sumando 800 metros destinados a producción y depósito nuevo, en reemplazo del espacio que alquilan a unas cuadras de la fábrica. “Estamos en crecimiento cuidadoso”, dijo Ernesto.
El proyecto de ampliación ya lo venían barajando hace unos años. “Con la necesidad lógica de crecimiento en la parte administrativa, la decisión la tomamos hace 4 años, en plena pandemia, pero luego vinieron otras prioridades”, contó. Además, tener mercadería a distancia era complicado para controlar y saber si teníamos o no un producto determinado. Y justo surgió la posibilidad de un terreno lindero”, contó sobre el crecimiento edilicio de la empresa. Entonces adquirieron el espacio y allí, además de depósito, aprovecharán a producir los blocs que fabrican con papeles especiales importados que no se fabrican en el país, y que requieren de un espacio mayor para las máquinas.
La apuesta de esta PyME familiar ballesterense alcanza, además, a la maquinaria, que lograron aggiornar para seguir optimizando la producción y, a diferencia de otros momentos, en la actualidad exportan poco. Su fuerte es la expansión nacional y, por suerte, llegan con sus productos a casi todo el país, además de brindar capacitaciones y participar en exposiciones.
Conocedor de cada sector de Plantec, de los vaivenes del país y las necesidades del mercado, Ernesto Becker reconoce: “Tenemos la suerte de que mi hijo y los hijos de mi hermano Jorge son muy emprendedores, como lo fuimos nosotros antes y son muy capaces. Saben cuándo hay que poner un pequeño freno”. Y, recordó que “hubo años muy complicados como el 2001. Si alguien hubiese venido a ofrecer algo por la empresa que hubiese alcanzado para pagar las deudas lo hubiéramos aceptado. También había problemas con las escuelas técnicas, donde nosotros somos muy fuertes; las habían como anulado y entonces no había consumo. Pero de repente cambió todo”
Calidad para todos los bolsillos
Atentos a la realidad económica y necesidades de la comunidad, Plantec fabrica más de 3000 productos diferentes bajos estrictas normas de precisión y, hace ya varios años cuenta con otras dos marcas propias: Dozent, una segunda marca técnica y Nature, una marca de artística que se expandió muy fuerte.
En muchos productos tienen dos líneas que le permite ofrecer distinto precio sin bajar la calidad, apuntando “a un sector medio que exige calidad, pero necesita precio”, explicó.
Apuestan a la producción nacional, pero también se ven obligados a importar materiales y piezas que en la Argentina no se fabrican, como compases, lápices mecánicos, papeles para acuarela, acrílico, óleo, papeles texturados de diferentes gramajes para diferentes usos con los que luego fabrican los blocs. Sí producen cosas de valor como tableros de dibujo, poco probables de importar. “Los papeles los importamos en palets y acá le damos valor agregado, se cortan, se encolan, se anillan, todo lo que agregamos es mayor a los importado, por eso dice Industria Argentina con papel, por ejemplo, de Italia o de Alemania. El valor agregado que le damos nosotros hace que el precio sea más competitivo que si importamos blocs ya terminados y así podemos producir todos los formatos según la necesidad”, explicó.
“Somos una empresa inquieta que siempre quiere progresar. Tenemos armada la estructura con nuestros hijos como para seguir. A veces las situaciones del país frenan la forma de avanzar”, cerró con el optimismo de seguir creciendo, brindando productos de excelencia desde Villa Ballester a todas las provincias y otros países.