Hogar de Niños María Luisa, emblema de protección de niños y adolescentes

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Un Hogar de Niños que alberga, asiste y socorre.

“El Hogar de Niños María Luisa alberga, asiste y socorre a niños y jóvenes de ambos géneros, sin distinción de origen, raza o religión”, señala el cartel de entrada del establecimiento. Y ese es el espíritu que lo caracterizó desde su creación. Con la idea de fortalecer la protección de los niños y adolescentes, la asociación civil se encuentra abocada ahora a poner en funcionamiento un hogar de pre egreso para adolescentes. La idea de fundar un hogar de niños nació en 1877 con la inmigración austro húngara y la necesidad de proteger a familias con niños y continuó con la gestión de un ex cónsul llamado Rodolfo Schultz, cuya esposa María Luisa había fallecido hacía poco, quien consiguió el alojamiento para veinte niños con la donación de una casa en 1915. Así nació el hogar con formato de casa, antes de seguir creciendo hasta alojar a sesenta chicos en diferentes inmuebles.

Luego, en 1971 se produjo la mudanza del hogar, al actual edificio de Villa Ballester, del Instituto Ballester, lo que permitió reunir a todos los sesenta chicos en el mismo lugar. En el primer piso se ubicó el hogar de los más chicos y en el segundo a las mujeres, muchas de ellas becadas para estudiar en el Instituto Ballester. Años después se amplió el lugar para varones en otros espacios, también cedidos por donación, donde se realizaban talleres.“


                                                  

"Con el tiempo ya no había hijos o nietos de alemanes, pero sí una necesidad local de poder brindar contención a chicos de la zona y no todos iban al Instituto Ballester”, señaló su actual directora, Ana Álvarez, en diálogo con este medio.

“Posteriormente, cambió la ley argentina con el sistema de protección, donde el Estado comenzó a solicitar que los hogares brindaran un espacio de contención a los niños, niñas y adolescentes en riesgo”, agregó.

“De esa manera, se produjo una reconversión del hogar, con un cambio de proyecto y adecuaciones edilicias para que los niños pudieran estar mejor. En principio trabajamos solo con niños y niñas, dejamos de trabajar con adolescentes”, señaló. En el hogar se armó un equipo técnico con psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales que acompañan en el día a los chicos que ingresan al hogar por haber vivido situaciones de violencia intrafamiliar o abandono.

“Al brindar un nuevo alojamiento los niños deben tener un acompañamiento para trabajar sus resiliencias, reconstruir esa subjetividad de los distintos lugares por donde circulan, con una nueva forma de ver la escuela y armar redes de amigos y acceder a controles de salud”, explicó.“Tenemos cuidadores las 24 horas, con distintas tareas, abocados al cuidado de los niños, en el marco del proyecto de restitución de derechos”, concluyó.

NUEVO PROYECTO. “Como asociación civil notamos que muchos chicos estaban varios años en el hogar, por eso era necesario ayudarlos en sus proyectos de vida. Los chicos excedían la edad que nos planteábamos, la mitad ya eran adolescentes”, expresó. Y dada la falta de hogares para trabajar con adolescentes en la zona, surgió la iniciativa de firmar un convenio con Lufthansa y la Fundación Help Alliance, para realizar obrasen el segundo piso del edificio y que sea sustentable para el alojamiento de chicas de entre 13 y 17 años.“La idea es que ellas puedan ir tomando distintas responsabilidades tanto dentro como fuera de la casa, de acuerdo a la edad. De esa manera, los dos hogares, el de niños y el de adolescentes, funcionan en forma separada y autónoma, más allá de algunos puntos en común”, señaló.

Para acompañar el futuro de las chicas de 18 años, diseñaron un hogar de pre egreso, que en principio trabajará con mujeres. “Estamos iniciando esa casa con muy poquitas chicas, que estará en otra cuadra. Esperamos contar con alguna empresa que pueda ayudarnos a hacer la adecuación necesaria. El gran desafío como institución es sostener todos los proyectos”, concluyó.

Actualmente, la institución contiene dos hogares y una casa preegreso. El hogar de niños de 4 a 12 años, mixto. El de adolescentes mujeres, de 13 a 17 años. Y el de preegreso de mujeres de 17 a 21 años. Y están pensando en implementar un pre egreso para varones. “Sabemos que es una vara alta, pero es una necesidad social el acompañar a los chicos”, concluyó Álvarez.

“Estamos abiertos a donaciones de empresas o personas con el voluntariado, para el que quiera colaborar con los tres proyectos, de educación, salud y nutrición. Son los ejes de trabajo”, agregó Gerardo Blitzer, integrante del Hogar. Con su proyecto para dar contención a niños y adolescentes que lo necesitan, el Hogar María Luisa de Villa Ballester brinda la cuota de solidaridad que hace falta en esta sociedad.

HOGAR MARIA LUISA

info@hogarmarialuisa.org

(+54 11) 4768 3931